jueves, 19 de febrero de 2009

(...)

Hasta ayer me resistí. finalmente he sido capaz de poner un FIN. Primer intento.
homenaje a los finales:

gracias a la Xime! ! !
y desde hoy...como entre paréntesis, como en campaña de romance, como en SEDUCCIÓN, hoy re asumo otro intento.
Se llama Librería y está en el centro de Sevilla.
! ! ! Buen reto, va la segunda!!!

jueves, 5 de febrero de 2009

el yonqui (san leandro)

El yonqui
Apenas y me puedo levantar. Pero no importa, en realidad son pocas las cosas que aún importan.
Importa que el representante de derechos humanos llegue hoy, a tiempo, con mi dosis.
Importa que él no pille atascos.
Importa que aún quede una jeringa, que encuentre mi vena en la pierna, en el pié, en cualquier sitio que no lo tenga estropeado.
Importan las telarañas y las ratas que no dejan dormir.
Importa el frío, el frío importa mucho, el de aquí y el del alma.
Importa mi mano temblorosa, importa que, he perdido la cuenta de no afeitarme.

Siempre, son más, las cosas que no importan.
No importa el paro, ni la recesión, ni el clima, ni la campaña de justicia penitenciaria que iniciamos hace ya varios años, ni siquiera importa todo el daño que he hecho.

Sí importa ese pequeño papel amarillento, caduco y arrugado que yace meses sobre mi mesa de noche. Es de ella, la última que amé, se lo escribí cuando nos mudamos juntos. Hace poco me lo devolvió, contándome que es madre, que es feliz:

-Una pequeña callejuela donde no se aparca sino para amar.
Un edificio tan delgado como la brisa de la primavera y palmera de mar.
San Leandro 11, escaleta flaca y cansada, sin ascensor ni bulla, solo escalera como ella sola.
Cuarto, única puerta, puerta pequeña y cerradura en medio.
Amanece en la cocina, una pequeña ventana, mesa camilla para dos sobre una bombona de butano.
Un mantel de colores que camufla las carencias y reluce los colores, los colores amor, los colores alegría.
La alegría desbordando en menos de 50 metros.
Ventana pequeña con viento de mañana y sol de desayunos.
Tres pasos y el trastero, tres pasos y el salón, tres pasos y el estudio, el baño.
La habitación, cama grande como tu corazón verde mar, pero su calor la hace sentir estrecha, como un estornudo en autobús.
Y tenemos terraza, secadero más bien, alegre y decorado con la ropa limpia al viento, a la calle.
Y tenemos un desorden cotidiano que se llama estudio.
Y tenemos un sofá que se llama nido, donde te echas y se va el tiempo, un sofá de magia que arrulla el amor y las caricias.
Un loro que canta los CDs preferidos.
Y más allá de los tres pasos, solo nos tenemos a los dos, con mil ilusiones y canciones.
Y más allá de todo, tenemos un montón de camino por recorrer, para amarnos en el infinito de construir una verdad -.

El representante ha llegado. Me saluda con un movimiento de cejas, me entrega un folio con encabezado oficial. No quiero leerlo, solo sé, que no trae mi dosis. Nada importa más.

intentos

Intento escribir. Trato de poner en letras montones de sentimientos, que a veces, se pueden resumir en, -un mucha SOLEDAD -; muchas ganas de construir un bando, una pandilla, unos cuantos secuaces, compinches y colegas, con los que tengas tres cosas que compartir y más de diez para discutir. En estas letras solo intento hacer una declaración de principios.

Sé que veces me equivoco ensayando, mi editora, sugiere que hable de –AMOR -, pero a mí me apetece comentar las cosas que me impresionan, lo que me hace sentir que estoy algo más vivo que los que no se atreven a plasmarlo. Pronto veré que hace el ilustrador con estas IMÁGENES, por ahora... de LETRAS...

de qué conozco a Milles Davis


Era 1989, yo cursaba tercero de arquitectura, era estudiante y hacía una vida de estudiante. Teníamos presupuestos de estudiantes y, nos apetecía todo lo que hoy ya no les apetece a los estudiantes.


La bohemia era parte de ello. Estrictamente indispensable. Era el espacio de sueños, de romances, quimeras y excesos. Existieron muchos escenarios, un tiempo nos dio por la canción de autor, -Galería Charpantier- se llamaba el sitio, donde, al compás de canciones urbanas y protesta bebíamos Guayusas en jarras y a veces cervezas.
Otro tiempo se nos dio por la salsa, -el bangaló, el son candela, el solar y el seseribó- fueron los escenarios. Pero se quedaron dentro, tan dentro de la sangre que nunca los pudimos sacar.

Otro tiempo se nos dio por el rock, rock clásico, rock duro, ROCK EN VIVO. El sitio se llamaba "john´s" su dueño se llamaba Juan, los amigos le decían Joni. Él era el guitarrista, conserje, camarero y todo lo demás, aunque a veces le ayudaba su padre y su novia. Solo se vendía alcohol, desde cerveza hasta un “wiski” boliviano que nos dejaba tres días de resaca. Música en vivo con su grupo y de rato en rato algunas patatas o cacahuetes. Buena música, expertos en versiones de los Beatles, Led Zeppelin y los Rollings.
Los viernes terminábamos las clases de la facultad pronto, 5 o 6 de la tarde e íbamos a sentarnos en la puerta hasta que abrieran con la firme decisión de emborracharnos. Cuando llegaban, pasábamos dentro como si fuéramos de la familia, nos instalábamos y hasta que todo estuviera operativo ponían un par de discos, discos de acetato claro, en esa época era lo último en tecnología.

Tenían tres acetatos, -TAIYO de Locomía-, que era de su novia, uno de Armando Manzanero, de su padre y -KIND OF BLUE. MILES DAVIS. 2 de marzo de 1959.- ponía en letras casi ilegibles en la parte trasera del disco, había sido de la abuela que vivió en Estado Unidos, se lo regaló a Joni cuando empezó el conservatorio. Aún puedo recordar el olor a cartón de la funda. Se lo pedíamos, se lo rogábamos, casi le implorábamos que lo ponga, no sé si por evitar los otros dos o porque realmente nos gustaba.

Viernes tras viernes le escuchamos entero, empezaba por so what y terminaba en flamengo sketchers, 6 canciones y, volvíamos a mover la aguja hasta el principio y, volvíamos a escuchar.

Hasta, aquel viernes, totalmente, embriagados de música y alcohol, el momento de pagar, me acerqué a la barra y saqué mi cartera, tenía juntos: mis documentos, las tarjetas y el talonario; yo no me di cuenta, sino un par de días después, de que faltaban varios cheques.
Nosotros no volvimos a ir, dos meses más tarde el banco me confirmó que era el Joni quien había cobrado los cheques, para entonces el bar ya había cerrado y su padre, que tenía un quiosko de prensa a un par de calles, decía, que no sabía nada de él.

Algún tiempo después encontré a su novia, me contó que la dejó embarazada, tomó todo lo que pudo y se marchó a Estado Unidos que era donde vivía su madre.

Han pasado 20 años, nunca le guardé rencor por el robo, Milles Davis, sigue tocando mejor cada día y, espero que el Joni aún sea guitarrista.

lunes, 2 de febrero de 2009

solo quiero ver: "Solo quiero caminar"


Tengo muchas ganas de ver solo quiero caminar. Mi preparación: he visto átame, que es el mejor recuerdo que tengo de Victoria Abril, y para recordar al mejor Diego Luna, y tu mamá también.